
Lección 08 – Ministrar como Jesús
Jesús realmente se preocupaba por las personas. Estaba más interesado en sus preocupaciones y necesidades que en las suyas. Su vida estaba totalmente centrada en otras personas. El suyo fue un ministerio de amorosa compasión. Jesús satisfacía las necesidades físicas, mentales y emocionales de las personas que lo rodeaban, y por lo tanto, sus corazones se abrían a las verdades espirituales que Jesús enseñaba. Cuando sanaba a los leprosos, abría los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos, liberaba a los endemoniados, alimentaba a los hambrientos y cuidaba de los necesitados, los corazones se conmovían y las vidas cambiaban.
“Solo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba simpatía, atendía sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les pedía: ‘Sígueme’ ” (MC 102). Jesús reconocía que el mundo necesita una demostración del evangelio tanto como necesita su proclamación. El testimonio vivo de una vida como la de Cristo, comprometida a ministrar a los demás, es un poderoso testimonio de las palabras que hablamos y le da credibilidad a nuestro testimonio.