
Lección 05 – Las naciones: Segunda parte
A lo largo de los siglos, algunas personas han sostenido que Dios deseaba que la humanidad cayera en pecado y muriera, lo que finalmente lo llevaría, en la persona de Jesús, a la Cruz. Después de todo, ¿qué mejor forma tenía Dios de demostrar la profundidad de su amor por la humanidad que muriendo en la cruz por ellos? En resumen, según este razonamiento, Dios necesitaba que la humanidad cayera.
Esa es una postura horrible y miserable. Nunca fue la intención de Dios que Satanás o la humanidad cayeran. La rebelión de Satanás, y luego de la humanidad, fue una tragedia de inmensas consecuencias. Si nuestros primeros padres no hubiesen pecado, habríamos mantenido una comunión plena y gozosa con Dios.
Esta semana seguiremos examinando los problemas causados por la Caída y por el deseo humano de establecer gobiernos terrenales en lugar del divino. Estos temas son poderosamente presentados en el libro de Daniel, donde se muestra que Dios estaba en lo cierto cuando advirtió a su pueblo acerca de lo que sucedería cuando se
apartaran de él y eligieran monarcas terrenales en su lugar. Eso fue exactamente lo que obtuvieron: monarcas terrenales en lugar de Dios y pecadores enseñoreándose de pecadores, algo que nunca fue una buena combinación.