«Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» Mateo 4:4

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Lección 13 – Epílogo: Conocer a Jesús y su Palabra

El Evangelio de Juan, como el de Marcos, termina con un encuentro en Galilea.
Esta última lección acerca del Evangelio de Juan se refiere a ese encuentro, pero lo integra con el tema de cómo conocemos a Jesús y la Palabra de Dios, un concepto que recorre el cuarto Evangelio.
Aunque llevaban más de tres años con Jesús y él les había anunciado una y otra vez lo que sucedería, los discípulos seguían sin estar preparados para la crucifixión y la resurrección. Por desgracia, no habían prestado atención a sus palabras.
Corremos hoy el mismo peligro: oír o leer la Palabra de Dios sin escucharla, sin prestarle atención, sin permanecer en ella, sin obedecerla. Es decir, no aceptarla como la luz que debe guiar nuestros pensamientos y acciones. Desgraciadamente, demasiados cristianos se encuentran en esta situación, tal vez sin darse cuenta.
En esta última semana de estudio del Evangelio de Juan, analizaremos algunos de los puntos clave de este documento que pueden ayudarnos a ir más allá del mero conocimiento intelectual acerca de Jesús para, en cambio, conocerlo mejor y permanecer más estrechamente unidos a él y a su Palabra.

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Lección 12 – La hora de la gloria: la Cruz y la Resurrección

La crucifixión y la resurrección de Jesús son el punto culminante del libro de Juan. Los diez primeros capítulos abarcan aproximadamente tres años y medio; los capítulos 11 al 20, en cambio, abarcan entre una y dos semanas. Los cuatro evangelios presentan la muerte de Jesús de maneras diferentes.
Aunque sus relatos son compatibles, cada autor hace hincapié en puntos clave que resuenan especialmente con los temas de su Evangelio. Mateo hace hincapié en el cumplimiento de las Escrituras; Marcos, en el paralelismo entre el bautismo de Jesús y la Cruz; y Lucas, en la Cruz como sanación y salvación (la historia del ladrón en la cruz).
Pero Juan presenta la Cruz como la entronización de Jesús, especialmente vinculada a la idea de la hora, a la que se hace referencia en numerosas ocasiones a lo largo del libro (Juan 7:30; 8:20; 12:27). Esta idea de entronización es una imagen paradójica, ya que la crucifixión era la forma más ignominiosa y vergonzosa de morir que utilizaban los romanos. Este contraste apunta a la descripción profundamente irónica que presenta Juan: Jesús muere de una manera vergonzosa, pero esa muerte es al mismo tiempo su gloriosa entronización como Salvador.

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Lección 11 – El Padre, el Hijo y el Espíritu

El Evangelio de Juan es un mosaico de temas. Juan recurre a las señales (milagros) para demostrar que Jesús es el Mesías prometido por los profetas.
Juan utiliza una serie de testigos para proclamar a Jesús como el Cristo.
También utiliza las afirmaciones “YO SOY” para señalar su divinidad.
Los tres miembros de la Deidad son mencionados en Juan 1 (vers. 1-4, 14, 18, 32-34). Durante siglos, los seres humanos han intentado comprender plenamente la naturaleza de la Deidad, pero como eso no es posible, muchos niegan su existencia. Sin embargo, no es inteligente rechazar algo solo porque no podemos comprenderlo plenamente o porque no encaja en los estrechos límites del razonamiento humano.
Juan dice que, si quieres entender a Dios, debes mirar a Jesús y lo que ha sido revelado en la Palabra. Este enfoque nos abre todo un mundo nuevo de relaciones entre los tres miembros de la Deidad, entre ellos y los seres humanos, y entre los propios seres humanos. La lección de esta semana examina cómo el Evangelio de Juan presenta al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, pero ahora en el contexto del discurso de despedida de Jesús (Juan 13-17).

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Lección 10 – El Camino, la Verdad y la Vida

El Evangelio de Juan se divide en cuatro secciones principales:
El prólogo (Juan 1:1-18), la sección acerca de las señales (Juan 1:19-12:50), la sección acerca de la gloria (Juan 13:1-20:31) y el epílogo (Juan 21:1-25). Hasta ahora, el estudio se ha centrado principalmente en el prólogo y en la sección dedicada a las señales, donde se expone quién es Jesús a través de sus milagros o señales, diálogos y enseñanzas. Las lecciones se centran ahora en la tercera sección de Juan, la que se concentra en la gloria.
Curiosamente, las famosas siete afirmaciones “YO SOY” forman un puente entre la sección de las señales y la de la gloria. Esas siete afirmaciones son: “[Yo soy] el pan de vida” (Juan 6:35, 41, 48, 51), “[Yo soy] la luz del mundo” (Juan 8:12; 9:5), “[Yo soy] la puerta” (Juan 10:7, 9), “[Yo soy] el buen pastor” (Juan 10:11, 14), “[Yo soy] la resurrección y la vida” (Juan 11:25), “[Yo soy] el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6) y “[Yo soy] la vid verdadera” (Juan 15:1, 5).
La lección de esta semana comenzará con el propósito del discurso de despedida y su introducción con el significativo episodio del lavamiento de los pies de los discípulos por parte de Jesús. Luego, se abordará la declaración “YO SOY” del capítulo 14 (“Yo soy el camino, la verdad y la vida”).

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Lección 09 – La Fuente de la vida

En el Evangelio de Juan, cuando preguntaron a Jesús quién era, respondió: “YO SOY”, una referencia inequívoca a la Deidad, al Señor mismo, quien
se había identificado así al presentarse ante Moisés en la zarza ardiente: “Yo soy el que soy” (Éxo. 3:14). Y este mismo Dios, el “YO SOY”, “se hizo carne, y habitó entre nosotros, lleno de gracia y de verdad. Y vimos su gloria, gloria que, como Hijo único, recibió del Padre” (Juan 1:14).
El título “YO SOY” está presente en todo el Evangelio de Juan. El versículo para memorizar de esta semana refleja ese tema: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). El “YO SOY” es la Luz del mundo, el Pan de vida, la Puerta de las ovejas, el Buen Pastor y la Vid verdadera.
Esta semana continuaremos estudiando la revelación de Dios que nos ofrece Juan. También exploraremos más a fondo el rechazo de Jesús por parte de algunos a pesar de las poderosas evidencias de que era el Mesías. Estudiaremos este fenómeno por dos razones: para evitar el mismo error y para considerar cómo podemos alcanzar a quienes corren actualmente el peligro de cometer ese error.

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Lección 08 – El cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento

En el Evangelio de Juan se aprecia todo lo que Jesús dijo e hizo como demostración de que era el Cristo, el Mesías prometido a Israel. Además, vino
como un integrante del pueblo del Pacto, como un judío nacido en Belén, tal como lo habían predicho las Escrituras.
Sin embargo, como escribió Juan, “en el mundo estaba, y aunque el mundo fue hecho por él, el mundo no lo reconoció” (Juan 1:10).
¿Estaba en el mundo que él mismo creó, pero el mundo no lo conoció? Es una afirmación asombrosa. Como podemos ver en los cuatro evangelios, muchos
no lo reconocieron como quien realmente era aunque deberían haberlo hecho, especialmente en vista de todo lo que Jesús dijo e hizo, y más aún, porque las
Escrituras del Antiguo Testamento lo señalaban claramente.
Esta semana veremos otras maneras por las que Juan reveló a Jesús como el Mesías, y también por qué algunos siguieron rechazándolo a pesar de las
poderosas evidencias de que era el Cristo.
¿Qué podemos aprender de sus errores?

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Lección 07 – Bienaventurados los que creen

A lo largo de su Evangelio, Juan presenta una diversidad de personas con
diferentes antecedentes, creencias y experiencias que dan testimonio
de quién era Jesús.
“¡Este es el Cordero de Dios!” (Juan 1:36). “Hemos hallado al Mesías” (Juan
1:41). “Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés” (Juan 1:45). “¡Rabí! ¡Tú
eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel!” (Juan 1:49). “¿No será el Cristo?” (Juan 4:29).
“Nosotros mismos lo hemos oído, y sabemos que en verdad este es el Salvador
del mundo” (Juan 4:42). “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida
eterna” (Juan 6:68). “Yo era ciego y ahora veo” (Juan 9:25). “Yo he creído que tú
eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo” (Juan 11:27). “¡Aquí está
su rey!” (Juan 19:14). “Yo no hallo delito en él” (Juan 19:6). “¡Señor mío y Dios
mío!” (Juan 20:28).
¿Quiénes eran algunas de estas personas y por qué dieron testimonio acerca de
la identidad de Jesús?

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Lección 06 – Más Testimonios acerca de Jesús

Jesús no se limitó a decir cosas asombrosas acerca de sí mismo, de quién era,
de quién lo envió o de su procedencia. También mostró quién era mediante
los milagros y las señales que realizó. En las palabras de algunos que tes-
tificaron abiertamente en favor de Jesús: “Cuando venga el Cristo, ¿acaso hará
más señales que este hombre?” (Juan 7:31). En efecto, él respaldó sus palabras
con acciones que demostraron la veracidad de ellas.
Pero, a medida que el drama continúa, comienza una división entre la gente.
La curación del hombre junto al estanque de Betesda atrae la ira de algunos
líderes. La discusión en Capernaum tras la alimentación de los cinco mil da
lugar al rechazo de Jesús por parte de las multitudes. La resurrección de Lázaro
suscita fe en algunos, pero desencadena en otros una hostilidad que conducirá
al juicio y la ejecución de Jesús.
La lección de esta semana examina a algunos que dieron testimonio en
favor de Jesús. En cada uno de estos incidentes se revelan algunos aspectos
de quién es realmente Jesús, y juntos crean una visión más profunda de Jesús
como el Mesías.

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Lección 05 – El testimonio de los samaritanos

¿Quiénes eran los samaritanos? Israel, el Reino del Norte, fue llevado
cautivo por los asirios en el año 722 a.C. para crear estabilidad po-
lítica. Los asirios dispersaron a sus cautivos por todo su imperio.
Asimismo, cautivos de otras naciones fueron llevados a repoblar el Reino del
Norte. La población mixta resultante fueron los samaritanos, quienes practi-
caban su propia forma de judaísmo.
Sin embargo, las relaciones entre ellos y los judíos no eran buenas. Por
ejemplo, los samaritanos se opusieron a la reconstrucción del Templo cuando
los judíos regresaron de Babilonia. Los samaritanos, mientras tanto, habían
construido su propio templo en el monte Gerizim. Pero este templo fue destruido
por el gobernante judío Juan Hircano en el año 128 a.C.
En la época de Cristo, esta animosidad continuaba. Los judíos evitaban
Samaria en la medida de lo posible. Aunque las relaciones comerciales eran
posibles, cualquier otro tipo de interacción era tabú. Los judíos no pedían nada
prestado a los samaritanos ni recibían favores de ellos. En este contexto, Juan
narra el encuentro entre Jesús, la mujer junto al pozo y los habitantes de la
ciudad samaritana de Sicar.

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Lección 04 – Testigos de Cristo como Mesías

Sin duda, Jesús proporcionó a la gente poderosa evidencia bíblica en respaldo
de sus afirmaciones acerca de sí mismo, incluyendo: “Les aseguro: El que
cree, tiene vida eterna” (Juan 6:47).
Pero hay más. Convirtió el agua en vino; alimentó a miles de personas con
unos pocos panes y peces; sanó al hijo del noble; restauró al hombre en el
estanque de Betesda; dio la vista al ciego de nacimiento; y resucitó a Lázaro.
El evangelista recurre a toda una serie de acontecimientos y personas (judíos,
gentiles, ricos, pobres, hombres, mujeres, gobernantes, plebeyos, cultos e in-
cultos) para que den testimonio de quién es Jesús.
Juan señala incluso al propio Padre y a las Escrituras como testigos de la
identidad del Maestro.
Esta semana comienza con el poderoso testimonio de Juan el Bautista. Tam-
bién aparecen en escena otros testigos: Andrés y Simón Pedro, Felipe y Natanael;
y un testigo inesperado, el fariseo Nicodemo. Pero hay otro testigo que perma-
nece en la sombra (ese otro discípulo con Andrés, en Juan 1:35, 40): el propio Juan.

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