Lección 03 – El evangelio eterno
Antiguamente, cuando las naciones que rodeaban a los israelitas eran politeístas ya que adoraban a varios “dioses” de madera y de piedra, Israel tenía una declaración de fe explícita, identificable y poderosa que se encuentra en Deuteronomio 6:4: “Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor es uno solo”.
A lo largo de los siglos, el canto de la Shemá (el nombre de la oración que se basa en la palabra hebrea para “Escucha”) recordó a los judíos la visión espiritual que los unía como pueblo y que fortaleció su determinación de mantener su identidad peculiar como adoradores del único Dios verdadero.
Para los adventistas del séptimo día, el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14 es nuestra Shemá. Esta es nuestra declaración de fe que nos identifica. Define quiénes somos como pueblo y describe nuestra misión ante el mundo. En resumen, nuestra identidad profética única se describe en Apocalipsis 14:6 al 12, y es allí donde hallamos nuestra pasión por proclamar el evangelio al mundo.
En la lección de esta semana, comenzaremos un estudio detallado de Apocalipsis 14:6 al 12, pero lo haremos mediante los ojos de la gracia mientras escuchamos que Dios nos habla al corazón.