Lección 13 – Permanezca el amor fraternal
Hebreos 13 presenta la amonestación final del apóstol: “Permanezca el amor fraternal” (Heb. 13:1). Él ha asegurado, a lo largo de la epístola, que somos de la casa del Rey- Sumo Sacerdote Jesús; que somos sus hermanos y hermanas. El autor no concibe a la audiencia solo como un grupo de personas que se ocupan de su salvación en una relación personalizada con Jesús, sino como una familia, o un hogar, donde se salvan juntos. Pablo caracterizó la obra de Jesús en nuestro favor como “amor fraternal”: Él “no se avergüenza de llamarlos hermanos” (Heb. 2:11). Por lo tanto, los creyentes deben hacer por los demás lo que Jesús hizo por ellos.
A lo largo de la carta, el amor fraternal implicaba “exhorta[rse] los unos a los otros” para que nadie carezca de la gracia de Dios (Heb. 3:13; 10:24, 25; 12:15-17). En el capítulo 13 incorpora diversos elementos: la hospitalidad (Heb. 13:2), visitar y apoyar a los presos y a los que habían sido maltratados (Heb. 13:3), honrar el matrimonio (Heb. 13:4), evitar la codicia (Heb. 13:5, 6), recordar a los dirigentes de la congregación y serles obedientes (Heb. 13:7-17), y orar por el autor de la carta (Heb. 13:18, 19).