Lección 01 – Dios ama de pura gracia
Aunque Pedro negó a Jesús tres veces, tal como Jesús había predicho (Mat. 26:34), esas negaciones no fueron el final de la historia. Después de la resurrección, Jesús le preguntó: «‘Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos?’ Le respondió: ‘Sí, Señor. Tú sabes que te quiero. Jesús le dijo:
‘Apacienta mis corderos’. Volvió Jesús a preguntarle: ‘Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?’ Pedro le respondió: ‘Sí, Señor. Tú sabes que te quiero’. Le dijo: ‘Apacienta mis ovejas. Por tercera vez le preguntó: ‘Simón, hijo de Jonás, ¿me quieres?’ Pedro se entristeció de que le preguntara por tercera vez ‘¿Me quieres?’, y respondió:
‘Señor, tú sabes todas las cosas. Tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: ‘Apacienta mis ovejas'» (Juan 21:15-17). Así como Pedro había negado a Jesús tres veces, Jesús restauró a Pedro tres veces por medio de la pregunta crucial: «¿Me amas?» Por diferentes que sean nuestras circunstancias de las de Pedro, en muchos aspectos el principio es el mismo. Es decir, la pregunta que Jesús había hecho a Pedro es, en realidad, la pregunta definitiva que Dios nos hace a cada uno de nosotros en nuestro tiempo y lugar: ¿Me amas? Todo depende de nuestra respuesta a esa pregunta.