Lección 05 – Fe contra todo pronóstico
Los reformadores protestantes tenían algo que el siglo XXI necesita desesperadamente: un propósito para su vida. En su libro The Empty Self [El yo vacío], el prestigioso psicólogo estadounidense Philip Cushman habla de quienes viven sin propósito. Sus creencias son superficiales, pocas cosas les importan y no tienen nada por lo que merezca la pena morir o vivir.
Pero los hombres, las mujeres y los niños de la Reforma protestante eran radicalmente diferentes. Tenían un propósito permanente por el que valía la pena vivir. Lo que creían era importante, y no estaban dispuestos a comprometer su integridad. Sus creencias fundamentales formaban parte inseparable de ellos; negarlas era negar su propia identidad. Ante la muerte misma, tenían paz interior.
En el estudio de esta semana, con ejemplos de la Reforma, exploraremos de qué manera las enseñanzas transformadoras de las Escrituras ofrecen un verdadero significado para la vida. Comprender estas verdades eternas nos pre- parará para la crisis final en el gran conflicto entre el bien y el mal. La batalla que libraron los reformadores aún no ha terminado, y nosotros hemos sido llamados a retomarla donde ellos la dejaron. Nosotros también podemos descubrir a un Dios lo suficientemente grande para todos los desafíos que enfrentamos, un Dios que da sentido y propósito a nuestra vida como nada en el mundo.
La lección de esta semana se basa en El conflicto de los siglos, capítulos 7 al 11.