Lección 12 – El sello de Dios y la marca de la bestia – Segunda parte
En la Edad Media, los valdenses, un pueblo decidido a permanecer fiel a su comprensión de la Biblia, fueron ferozmente perseguidos. En 1488, la Iglesia Romana asesinó brutalmente a los valdenses en el Valle de Louise debido a su fe. Otra oleada de persecución se produjo en el siglo XVII, cuando el duque de Saboya envió a un ejército de ocho mil hombres al territorio de ellos. El 24 de abril de 1655, a las 4 de la mañana, se dio una señal para que comenzara la masacre. Esta vez, el número de muertos fue de más de cuatro mil.
La historia, por desgracia, se repite a menudo. La profecía de la “marca de la bestia” trata sobre el eslabón final de una impía cadena de persecución religiosa que se remonta a través de los siglos. Al igual que las persecuciones del pasado, esta persecución está pensada para obligar a todos a someterse a determinado conjunto de creencias y a un sistema autorizado de culto. Sin embargo, como siempre, Dios tendrá un pueblo que no capitulará.