Lección 03 – El Pacto perpetuo
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Apoc. 14:6). Observa, es “el evangelio eterno”, que siempre existió, que siempre estuvo allí, que se nos prometió en Cristo Jesús “desde antes del comienzo del tiempo” (Tito 1:2, RVA-2015).
Por lo tanto, no es de extrañar que la Biblia hable en otras ocasiones sobre el pacto “perpetuo”, “eterno” o “sempiterno” (Gén. 17:7; Isa. 24:5; Eze. 16:60; Heb. 13:20), porque la esencia del evangelio es el Pacto, y la esencia del Pacto es el evangelio: Dios, por su gracia y su amor salvíficos, te ofrece una salvación que no mereces y que nunca podrás ganar; y tú, en respuesta, le devuelves el amor “con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Mar. 12:30); un amor que se manifiesta por la obediencia a su Ley: “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos” (1 Juan 5:3).
Esta semana veremos la idea del Pacto según se expresa en el libro de Deuteronomio, donde el Pacto y todo lo que este implica se ponen de manifiesto.