Lección 05 – “Venid a mí…”
Qué maravillosa promesa nos ha dejado Jesús en nuestro versículo para memorizar. Al fin y al cabo, ¿quién no se ha sentido agobiado a veces, no tanto por el trabajo en sí (aunque con frecuencia también puede ocurrir) sino por la carga y la fatiga pesada que conlleva la vida misma? Y Jesús aquí nos está diciendo que él sabe por lo que estamos pasando, que puede ayudarnos; es decir, si se lo permitimos.
Y luego, después de indicarnos que llevemos su yugo, Jesús dice: “Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mat. 11:30). En otras palabras, deshazte de los yugos y las cargas que llevas (dámelos) y toma los míos sobre ti, porque los míos son más fáciles de llevar.
¿Cómo podemos experimentar el descanso del que habla Jesús? A fin de cuentas, vivimos en un mundo donde, después del pecado, el Señor le dijo a Adán: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan” (Gén. 3:19). Por lo tanto, sabemos lo que es trabajar y llevar cargas que pueden parecer demasiado difíciles de soportar, al menos por nuestra cuenta.