Lección 13 – Un paso de fe
“Nunca podrá comprenderse el costo de nuestra redención hasta que los redimidos estén con el Redentor delante del Trono de Dios. Entonces, al percibir de repente nuestros sentidos arrobados las glorias de la Patria eterna, recordaremos que Jesús dejó todo eso por nosotros; que no solo se exilió de las cortes celestiales, sino también por nosotros corrió el riesgo de fracasar y perderse eternamente. Entonces arrojaremos nuestras coronas a sus pies y elevaremos este canto: ‘¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!’ ” (DTG 105).
Cuando respondemos a su dirección, aceptamos su mandato y nos unimos a él para alcanzar a las personas perdidas para su Reino, se requiere sacrificio. Aunque nuestros sacrificios nunca pueden compararse de ninguna manera con los de Jesús, el ministerio ganador de almas también es para nosotros un salto de fe. Nos lleva fuera de nuestras zonas de confort a aguas desconocidas. A veces nuestro Señor nos llama a hacer sacrificios, pero las alegrías que ofrece son mucho mayores.